jueves, 7 de marzo de 2013

¿Qué es Educación?

Es difícil precisar en qué momento de tu vida te das cuenta de la luz que ilumina el alma, anunciando una finalidad en este camino por la materia. Es de esperar que suceda lo mismo a muchísima gente; y es resultado de la experiencia, percibir o intuir de que es probable que esta luz surja con intensidades o brillos diferentes em cada uno de nosotros. Todo parece depender del nivel de entendimiento que podamos tener de la sabiduría que viene de la Creación.


Teorías hay bastantes, y no todas serán afluentes del mismo río que tiene por nombre, “verdad”.

Lo cierto es que me di por aludido, con relación a mi camino, en algún momento de mi adolescencia, cuando me empezaban a salir “pelos en la cara”. Y mi luz nuca me abandonó, enseñándome el sentido por dónde debería caminar, aunque aún no conocía la dimensión de la lucha que iría trabar com mi ego. En poco tiempo descubrí la cruda realidad de mis derrotas y no pude dedicarme a mi camino con el rigor y lujo, en la misma medida en que este se mostraba.

Pero nunca me di por vencido y, en esta tercera etapa del andante, por fin, me encuentro con las fuerzas y la entereza espiritual necesaria para enfrentarme a la guerra final, buscando la derrota de lo que obstruye el paso del sendero que me llevará al tesoro más apreciado por mi alma.

Hablo de la Educación, de esta dulce princesa que nace del matrimonio de la Sabiduría con el Entendimiento, teniendo la mente por templo en la refinada celebración y la tal luz como oficiante, rebosante en esplendor. Su belleza deleita el alma cuando se acepta, en la humildad, que nada se crea por quien es creado.


No hay escuelas ni profesiones que se aprendan con maestros más elevados en doctrina que esta princesa. Todo lo que se construye en la sociedad de los humanos no proviene de ella, que es sutil en el fondo y bello en las formas, no transgrede el orden divino y mantiene el equilibrio de los opuestos. La Educación no se genera em la materia, se regocija en ella; es el resultado del dar para recibir y de recibir para dar, sin intenciones mezquinas y sin las conveniencias de la pasión. 
 
Educar es mostrar, enseñar, ayudar a abrir las puertas del intelecto lubricando sus bisagras, y no cerrar ninguna. Para educar es necesario entender la relación del ser con el existir, es educarse doblegando el ego infinitamente, dos procesos que duran y deben ser continuos em este pasaje por la vida.

Si el indivíduo se encuentra en tales trabajos, involucrado en estos menesteres, abrirá de para en par el corazón y estará capacitado para educar, pues apartará de si lo que conviene y satisface a su ego y se sentirá un eterno aprendiz de los atributos y caminos creados por “Hashem”.

Llevo sumergido en estos sentires del alma, en estas aguas, desde los quince años, y apartado de muchas imposiciones sociales (no de todas), desde los últimos quince.
Por lo tanto, es mi propósito intimar con esta princesa, si su gracia me es dedicada. Mientras más la sienta em mí, más la sentiré em el prójimo; mientras más la distinga em los rincones del mundo, más próximo de mi finalidad estaré: distinguir y entender los Atributos creados por “Adonai”.

Rivera Carnero, J.L.

ILUSTRACIÓN: