miércoles, 2 de mayo de 2012

Morfosintaxis I - Capítulo 2 (El Género)


Capítulo 2 - El Género
En el capítulo anterior dibujamos el plano general de la Morfosintaxis. A partir de aquel y en todos los demás, iremos detallando ese plano dentro del orden estructural de las partes, de tal manera, que al llegar al último capítulo de Morfosintaxis II, tengamos un proyecto bien elaborado de esta asignatura. Es nuestro deseo dejar el tesón y la constancia en todo lo referente a las materias que vamos desarrollando, de forma que tengas dentro de una profundidad didáctica, la formación e información de los asuntos tratados aquí.
¡Empecemos entonces a conocer el motor de la Lengua Castellana! Y lo haremos por los Morfemas Gramaticales o Flexivos.
En la Morfología Flexiva, los morfemas, son dependientes, expresan relaciones gramaticales y constituyen la parte variable de la palabra, sin alterar el significado referencial básico de la misma. Su aparición no es opcional, sino que está sujeta a restricciones. Estos morfemas expresan relaciones o accidentes gramaticales como: cuando son verbos, un modo gramatical adecuado estableciendo la concordancia en número y persona con el sujeto gramatical, y manifestando las nociones de modo, tiempo y aspecto que corresponden al evento; cuando son sustantivos o adjetivos, un género y número pertinentes.
Por ejemplo, si tenemos el lexema "león" y lo queremos transformar en femenino, haremos uso de un morfema flexivo, en este caso “-a”, para formar “leona”. Si lo queremos presentar en plural, necesitaremos el morfema flexivo “-s” y crearemos “leonas”. Si queremos hacer plural la forma masculina, necesitaremos otros dos morfemas flexivos: “-e” y “-s”, y formaremos “leones”.
Es importante recordar que los morfemas flexivos, al contrario que los derivativos, no tienen por qué ir junto al lexema. Puede interponerse entre ambos, por ejemplo, un morfema derivativo, como ocurriría si dijéramos “leoncitas”, añadiendo un sufijo (“-cit”), antes de los dos morfemas flexivos (“-a” y “-s”). 
¡Perfecto, lo has entendido bien!  ¡Prosigamos!


 2.1 - El Género


El Género surge de la necesidad universal de distinguir entre aspectos de una misma categoría. Por ejemplo, si nos referimos  al individuo “hombre” con el pronombre “él” para indicar a una persona del sexo masculino, para referirnos a una mujer, de la misma categoría, lo haremos con el pronombre “ella”, para indicar a la persona del sexo femenino, pues aunque los dos estén dentro de la misma especie, son diferentes, por lo menos, en sus aspectos anatómico y fisiológico. No podemos olvidar que, a parte de esto, los dos elementos establecen una relación natural complementaria que trasciende al ámbito objetivo del código lingüístico.
En cuanto a los sustantivos, adjetivos y demás elementos gramaticales, el código ha sido generado en base a comparaciones, costumbres, asimilaciones, y sobretodo tiempo (historia), que es por excelencia, el elemento asentador de normas, sean cuales sean.
Por lo tanto, el género es una propiedad gramatical que se verifica en los sustantivos, en algunos pronombres con incidencia en la concordancia con los determinantes, en los cuantificadores (a veces asimilados a ellos), en los adjetivos y en los participios; y obedece a dos rasgos característicos universales, opuestos y complementarios, es decir, nuestra Realidad proviene de una única raíz, que genera en los entes, o productos de la Creación, dos rasgos característicos que se completan y que dependen del código comunicativo empleado (idioma), o sea, dependen de cómo un idioma manifiesta los rasgos referidos. 

Por consiguiente diremos que los entes pueden ser:

a. masculinos

b. femeninos

Eso quiere decir, entonces, que para manifestar mediante la comunicación esta naturaleza de los entes, precisamos en el idioma de una propiedad gramatical que exprese exactamente la naturaleza del ser, del ente. O algo es masculino, o es femenino. Esta propiedad lleva el nombre, por lo tanto, de Género.


Ejemplo:  Si quiero referirme al objeto llave, primero debo saber si al referirme a este objeto, en el código comunicativo español, debo entenderlo como una cosa femenina o masculina. Una vez que me cercioro de que ese objeto es femenino, puedo entonces manifestar su naturaleza, a través de las categorías gramaticales expuestas arriba:

"la llave, una llave, nuestra llave, esa llave, aquella llave, dos llaves, vuestras llaves, sus llaves, unas llaves, esta llave puesta encima de la mesa...".

"el dedo, mi dedo, tu dedo gordo, sus dedos anchos, aquel dedo acusador, dedos cansados de tocar, etc".



APUNTES 1:

Los nombres suelen ir acompañados de otras palabras que precisan o limitan su significado. La palabra "llave", puede referirse a cualquier llave; pero si decimos "nuestra llave" estamos determinando su significado.

Los determinantes son partes de la oración que acompañan al nombre para concretarlo y limitar su significado aportando informaciones como género, número, situación en el espacio, posesión...

CLASES DE DETERMINATIVOS: Artículos - Demostrativos - Posesivos - Indefinidos - Numerales - Interrogativos - Exclamativos.




Ejemplos de las clases gramaticales en las que se verifica el género:

a.    La mesala (artículo femenino), mesa (sustantivo femenino);

b.    Ella es muy simpáticaella (pronombre personal femenino), simpática (adjetivo femenino);

c.    Este cuarto capítuloeste (pronombre demostrativo masculino), cuarto (numeral masculino), capítulo (sustantivo masculino);

d.    Los libros eran suyoslos (artículo masculino), libros (sustantivo masculino), suyos (pronombre posesivo masculino).

Nota 1: Es importante resaltar que, en su momento, trataremos de la propiedad del número (singular, plural).


2.1.1 - El Género en los Sustantivos



El género en esta clase gramatical sirve para diferenciar el sexo del referente, o es una propiedad inherente, es decir, lo caracteriza como masculino o femenino por razones gramaticales o etimológicas.








Sustantivos
Distinción por sexo
Distinción por distinta raíz según el sexo del referente (heteronimia)
Distinción de sustantivos inanimados
Gato – gata
Hombre – mujer
Césped
Niño – niña
Caballo – yegua
Pared
Presidente – presidenta
Yerno – nuera
Nube
Alcalde – alcaldesa
Jinete – amazona
Avión
Hermano – hermana
Toro – vaca
Lancha
Tío – tía
macho - hembra
Olla
Profesor - profesora
Caballero - dama
Cinturón


Los sustantivos no poseen el género neutro. Solo lo tienen los pronombres demostrativos (esto, eso, aquello), los cuantificadores (tanto, cuanto, mucho, poco), el artículo “lo”, y los pronombres personales “ello” y “le”.



Si en los mensajes surgen adjetivos  y otros modificadores, que caracterizan a los sustantivos, ligados a estos elementos neutros, el género de esas clases gramaticales no se diferencia morfológicamente del masculino.



Ejemplos:



a.    Pues yo te digo que eso es imbécil y monstruoso;

b.    Todo ello era falso como luego se demostró;

c.    Esto es solamente cierto para las guerras de conquista.

d.    Veo que te gusta lo bueno;

e.    Hay que escoger entre lo justo y lo injusto.

Nota 2: En los dos casos “d” y “e”, arriba, el artículo neutro “lo” es un referencial de  individualidad y de distinción.

f.    Lo raro que es este hombre;

g.    Estoy asombrada de lo fácil que resultó;

h.    ¿Te das cuenta de lo bien que suena la música?

Nota 3: En los casos “f”, “g” y “h”, arriba, el artículo neutro “lo” es un cuantificador enfático de grado de adjetivos y adverbios. Vemos en los casos “g” y “h”, que los adverbios carecen de género.

También son neutros los pronombres que se refieren a oraciones:



Ejemplos:



¿Dijo que llamaría? – No, no dijo eso.

A dónde fueron a parar no lo supe.



Más que un género, el género neutro es el exponente de una clase gramatical de palabras que designan ciertas nociones abstractas.





2.1.1.1 – Los sustantivos comunes en cuanto al género



Estos sustantivos no experimentan cambios en su forma. El género queda reflejado en los determinantes o los adjetivos que los acompañan:



Ejemplos:



a.    El artista – la artista;

b.    El testigo – la testigo;

c.    El profesional – la profesional;

d.    El cantante – la cantante;

e.    El cónyuge – la cónyuge;

f.    El pianista – la pianista;

g.    El conserje – la conserje;

h.    El hereje – la hereje;

i.     El pobre – la pobre.



2.1.1.2 – Los sustantivos ambiguos en cuanto al género



Estos sustantivos  se pueden usar indistintamente como masculinos o femeninos: el mar/la mar; el vodka/la vodka…



2.1.1.3 – Los sustantivos epicenos en cuanto al género



Estos son nombres que se refieren a seres vivos o de ficción, de uno u otro sexo, que son tratados en cuanto al género, de una única manera, sea masculina – el rinoceronte, el personaje – o femenina – la lechuza, la palmera, la víctima.



2.1.2 – Empleo genérico del masculino



Cuando designamos personas y animales, los sustantivos de género masculino se emplean, en general, para referirse a toda la especie, sin distinción de sexo:



Ejemplos:



Los leones son eficaces predadores.

El oso es un animal plantígrado.



En algunos casos particulares, esa tendencia no es satisfecha:



a.    Las jirafas poseen un largo cuello. ( se emplea el femenino como referencia a toda la especie)

b.    Fueron ordenados muchos sacerdotes este año en España. (se excluye el femenino por razones extralingüísticas)

c.    Los gallos cantan por las mañanas; y las gallinas ponen huevos. (el masculino no se puede aplicar, de forma genérica, a toda la especie)



Diremos, por tanto, que el masculino es un género no marcado, de uso habitual, para referirse a ambos sexos.

Nota 4: La doble mención se interpreta como señal de cortesía en ciertos usos vocativos: Señoras y señores, damas y caballeros, amigas y amigos.

2.1.3 – Marcas de género



Los sustantivos presentan terminaciones que, más que morfemas de género, en el sentido universal, son marcas de género inherentes que no son depositarias de información genérica. Estas marcas pueden obedecer a razones etimológicas basadas en costumbres de distinción, o de la misma manera, a razones gramaticales.



Así, la mayor parte de los sustantivos que acaban en –a- son femeninos, aunque -dí-a- sea masculino, por ejemplo; y los que acaban en –o- son masculinos, aunque –man-o- sea femenino. Los acabados en consonante o en otras vocales pueden ser masculinos o femeninos.


Sustantivos de género femenino
Sustantivos de género masculino
Alegrí-a
Cas-a
Mes-a
Man-o
Na-o
Fuent-e
Voca-l
Cuadern-o
Fueg-o
Puert-o
Arom-a
Clim-a
Dient-e
Amo-r

Masculino es el género del sustantivo “camelio”, cuando nos referimos a su árbol, y femenino es el de “camelia”, cuando nos referimos a la flor de ese árbol.


2.1.4 – Los sustantivos comunes en cuanto al género

Son comunes en cuanto al género los sustantivos que son significantes de persona en los que el sexo es distinguido a través de concordancia con adjetivos y determinantes.

Ejemplos:

a.    El testigo estaba irritado/ La testigo estaba irritada.

b.    El titular es bien hablador y alegre/ La titular es bien habladora y alegre.

Los llamados adjetivos de una terminación (ejemplo b de arriba) equivalen a los sustantivos comunes en cuanto al género, por lo que se aplican a sustantivos masculinos y femeninos sin que haya variación léxica.

Ejemplos:

Esta mesa es grande.

Este árbol es grande.



2.1.5 – Clases morfológicas y grupos semánticos de los sustantivos comunes en cuanto al género.



Acabados en –a-: astronauta, autodidacta, burócrata, cabecilla, centinela, demócrata, guardia, homicida, jerarca, políglota, psicópata, turista, vigía, espía, hortera (sustantivo evaluativo en España – persona vulgar u ordinaria que pretende ser elegante), pasota (sustantivo evaluativo en España – persona indiferente ante cuestiones importantes), pelma (sustantivo evaluativo en España – persona pesada o molesta), artista, automovilista, dentista, pianista, taxista, violinista.



Acabados en –e-: conserje, cónyuge, detective, extraterrestre, hereje, intérprete, partícipe, pobre, amante, cantante, cliente, delincuente, estudiante, gerente, informante, intendente, manifestante, narcotraficante, penitente, presidente, representante, traficante, viajante.



Algunos de esto sustantivos pueden tomar el morfema femenino: clienta, presidenta, intendenta.



Acabados en –i- o –y-: ceutí, maniquí, marroquí, yóquey.



Acabados en –o-: modelo (en la interpretación en la que se designa a un profesional), sabelotodo, soprano, testigo.



Acabados en consonante: mártir, prócer (Persona de la primera distinción o constituida en alta dignidad), lavacoches, papanatas, pelagatos, viejales, pívot, auxiliar, titular, bachiller, canciller, mercader, comensal, corresponsal, heterosexual, homosexual, industrial, profesional, mandamás, portavoz.



Son comunes en cuanto al género los sustantivos que designan:



a.    Grados de la jerarquía militar: soldado, cabo, sargento, teniente, comandante, coronel, general.

b.    Personas que ejercen el oficio de tocar un instrumento musical: contrabajo, percusionista, pianista, solista, trompetista.

c.    Expresiones de tratamiento: Su Alteza, Su Excelencia, Su Majestad, Su Ilustrísima (aunque los sustantivos sean femeninos, en la forma de estas expresiones, pasan a ser comunes).



2.1.6 – Sustantivos comunes en cuanto al género procedentes de usos figurados

Es frecuente que los sustantivos epicenos que designan animales lleven asociado algún estereotipo cuando se aplican a las personas. Este uso no afecta a sus rasgos de género, como cuando se dice de un hombre o de una mujer que es una hiena (persona de muy malos instintos o muy cruel), una hormiguita (persona muy ahorradora) o una fiera (persona cruel o violenta). En consecuencia pueden alternar “Este muchacho es un lince/Esta muchacha es un lince”, en el sentido de persona muy avispada. Todos estos sustantivos presentan un uso atributivo, en el que admiten el artículo indeterminado denominado enfático o ponderativo.

También se presentan los casos comunes siguientes, con cambio de género en la adjetivación metafórica o no (también con casos que no designan animales).

El jefe es un rata/ La jefa es una rata (persona muy tacaña).

El jefe es una rata/ La jefa es una rata (persona despreciable).

Aquel hombre era un bala perdida/ Aquella mujer era una bala perdida (persona tarambana).

Tu amigo es un cabeza loca/ Tu amiga es una cabeza loca.


2.1.7 – Los sustantivos ambiguos en cuanto al género

Los sustantivos ambiguos son más raros en el idioma, reforzando la idea de que el género es una propiedad gramatical inherente de cada sustantivo. Cabe recordar que estos sustantivos no aparecen en masculino y femenino por distinción de sexo, sino que pueden ser entendidos como una cosa u otra, a la vez, es decir, poseen los dos géneros:



Ejemplos:



Mar, agravante, armazón, azumbre (medida de capacidad para líquidos que equivale a unos dos litros), interrogante, maratón, prez (honor, estima o consideración que se adquiere o se gana con una acción gloriosa), pringue.



Hay un cierto número de sustantivos que, en cambio, no son ambiguos sino polisémicos, es decir, poseen una pluralidad de significados.



Ejemplos:



El margen de la página y la margen del río.

El final del libro y la final del campeonato.



El terminal del cable y la terminal de ómnibus.



Y hay algunos más en que las diferencias en el género no corresponden a acepciones directamente relacionadas entre sí, por lo que, a veces, se consideran casos de homonimia:



El capital financiero y la capital de Goiás; El cólera es una enfermedad y la cólera es la ira de alguien; El cura es el párroco de una localidad y la cura es la acción y el efecto de curar (sanación).





2.1.8 – Los sustantivos epicenos



Tipos de nombres epicenos



Tal como vimos anteriormente, epicenos son tradicionalmente los sustantivos de un solo género que designan seres vivos (animales, plantas, personas) y que no poseen ninguna marca formal que permita determinar su sexo.



La mayoría de los sustantivos epicenos son nombres de animales:



a.    Búho, camaleón, cebra, culebra, hiena, hormiga, jirafa, lechuza, liebre, mosca, mosquito, pantera, perdiz, rata, sapo, tiburón, víbora, etc.

b.    Acebo, datilera, espárrago, palmera, plátano, sauce, etc.

c.    Víctima, criatura, personaje, rehén, vástago (Renuevo o ramo tierno que brota del árbol o de otra planta), miembro (persona que integra un grupo).



Todos los géneros de estos nombres, a excepción de los que integran los ejemplos de la letra “c” arriba, pueden ser modificados por los términos macho y hembra, que especifican el sexo que corresponde a la entidad designada. Para los ejemplos de la citada letra, por tratarse de sustantivos cuyos referentes puedan ser personas, el género queda referido en el contexto con la concordancia aplicada a adjetivos y determinantes.       



Ejemplos:



El tiburón hembra es muy peligroso.



La víctima estaba sumamente nerviosa.



Tenía preso un rehén, una mujer joven.



Es un bebé precioso, una niña de ojos grandes y expresivos.



Nota 5: No son epicenos los sustantivos atributivos como belleza, desastre, encanto o maravilla, pues no designan seres animados, aunque pueden predicarse de ellos (Él es un encanto).

2.1.9 – El género de los nombres que designan seres inanimados

2.1.9.1 - Nombres propios no personales

El género del nombre propio suele depender del género del hiperónimo, o sea, el sustantivo de la clase a la que pertenecen. Así, se dice:

Un Mercedes y un Seat, porque la clase a la que pertenecen es la de los coches.

Una Vespa y una Yamaha, porque se habla de las motocicletas.

Las Malvinas y las Canarias, porque isla es un sustantivo femenino.

Por las mismas razones decimos el Amazonas, el Titicaca, el Cantábrico, la Nacional IV, la BR-101, el PMDB, la ONU, la FIFA…

En el caso de ciudades y países, tienden a usarse como nombres femeninos los que terminan en –a átona: la Córdoba jesuítica, Barcelona preciosa. Cuando acaban en –a tónica, los nombres de países son masculinos (Panamá, Canadá), pero los de las ciudades suelen ser femeninos (la Bogotá actual). Por lo general, los demás nombres que terminen en vocal o en consonante concuerdan en masculino.

2.1.9.10 – Nombres comunes no personales

Los nombres de los días, meses, años y siglos son masculinos. De igual manera, también son masculinos los de los puntos cardinales, vientos, números, metales (excepción de la plata), idiomas, vinos, colores, los nombres de las monedas que terminen en –a (libra). También son masculinos los infinitivos sustanciados (su andar pausado) y, en general, todas las unidades léxicas por razones metalingüísticas (un quiero y no puedo; los pros y los contras). Por su parte, son femeninos los nombres de las letras y los de las horas.

¡Madre mía! ¡Cuánta cosa!, ¿no? Son muchos conceptos, pero que no encierran mucha dificultad. Es solo una cuestión de práctica. No te olvides de los ejercicios referentes a este capítulo. ¡Nos vemos en el próximo capítulo en el que trataremos de otra propiedad gramatical: el número!

REFERENCIAS: 

http://roble.pntic.mec.es/msanto1/lengua/1determi.htm 

http://www.slideshare.net/NuriaMorenoMoreno/presentacin-didctica-de-la-gramtica-y-morfosintaxis-7297262

http://www.rae.es/rae.html

http://www.elcastellano.org/palabra.php?id=2124

http://sapiens.ya.com/auladelengua/palabra.htm

GÓMEZ TORREGO, Leonardo, Gramática didáctica del español.ISBN 84-348-5440-6
 
Asociacion de Academias de la Lengua Española, Nueva Gramática de la Lengua Española, 2010-grupo Editorial Planeta
 


ILUSTRACIONES:


http://www.google.es/imgres?q=gram%C3%A1tica+g%C3%A9nero&hl=es&safe=active&biw=1280&bih=834&tbm=isch&tbnid=u6RJrxl75_ANgM:&imgrefurl=http://antarescarlata.blogspot.com/2009_11_01_archive.html&docid=elObLnAyrqA-7M&imgurl=https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwKGsOIlAsuM9RSr09SeLYrEXRdQ4pc04g0mE_LkCuwzOBvedT9mPuvs4t4okddYXRqyoNmvL87eQJnh3KN1qTsq_a_LdGnOWpt3_lSLmVo8HLCRnck0yIzACNr9hMYLcVSApCOSn_DiJA/s320/igualdad2.jpg&w=250&h=320&ei=xrPYT9-uNIao8gTF08DfAw&zoom=1&iact=hc&vpx=545&vpy=245&dur=5304&hovh=254&hovw=198&tx=118&ty=149&sig=101052769231219860543&page=3&tbnh=146&tbnw=108&start=51&ndsp=29&ved=1t:429,r:25,s:51,i:313

http://www.google.es/imgres?q=el+g%C3%A9nero+en+los+sustantivos&hl=es&sa=X&biw=1440&bih=740&tbm=isch&prmd=imvns&tbnid=Jm8eeW_8KXt_kM:&imgrefurl=http://miclase.wordpress.com/2011/01/17/el-genero-de-los-sustantivos/&imgurl=http://miclase.files.wordpress.com/2010/12/sus.jpg%253Fw%253D780&w=450&h=320&ei=klRHUK6PO6jB0QHs_IGgCw&zoom=1&iact=hc&vpx=876&vpy=284&dur=4437&hovh=189&hovw=266&tx=124&ty=129&sig=117814118134757526065&page=1&tbnh=114&tbnw=161&start=0&ndsp=28&ved=1t:429,r:11,s:0,i:107


http://www.varbak.com/foto/fotos-de-los-%C3%A1rboles-de-camelia-2

http://www.google.es/imgres?q=macho+y+hembra+hipop%C3%B3tamo&num=10&hl=es&biw=1440&bih=740&tbm=isch&tbnid=Y8qlA6a3tmzXEM:&imgrefurl=http://www.taringa.net/posts/imagenes/13789277/La-vida-animal_-en-estado-puro___.html&imgurl=http://www.tudiscovery.com/dni-media/photogallery-tool/mu-1/media-17700-51103.jpg&w=834&h=557&ei=qFZHUIf1M8bs0gHQvYGYCw&zoom=1&iact=hc&vpx=298&vpy=150&dur=9996&hovh=183&hovw=275&tx=169&ty=113&sig=117814118134757526065&sqi=2&page=1&tbnh=125&tbnw=168&start=0&ndsp=28&ved=1t:429,r:1,s:0,i:73



























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